lunes, 21 de octubre de 2013

Nota: Se apodera ‘comida chatarra’ de escuelas de tiempo completo (nota informativa)


Luego de concluir su jornada escolar de casi cinco horas en el primer grado, Kate espera sentada en la entrada de su escuela, la primaria Valerio Trujano, donde su madre le compra un par de bolsas de papitas para que la menor mitigue el hambre.


Este plantel se ubica en la colonia Emiliano Zapata y forma parte de la decena de centros educativos que en este ciclo escolar decidieron no continuar con el programa de Escuelas de Tiempo Completo. Por lo que ahora, las comunidades de padres temen que regrese el consumo de la comida “chatarra” a sus espacios, ante la cancelación de los comedores escolares.



De las 100 escuelas inscritas bajo este esquema para el ciclo 2013-2014, un total de 44 decidieron dar de baja la preparación de alimentos, por lo que unos 10 mil estudiantes fronterizos de nivel básico deberán regresar al consumo de frituras y golosinas dañinas para su salud, denunciaron paterfamilias.



“A eso regresan, se comen un burrito pero no se llenan. Un estomaguito vacío pues ni aprende, sólo esperaba el recreo para comerse algo. Ahorita mi hijo llega directo a la casa, avienta su mochila y se va a la cocina”, dijo Victoria Caldero, madre de un alumno de sexto grado inscrito en ese plantel.



Esta cantidad de estudiantes (10 mil) representa más de la tercera parte de toda la comunidad escolar resguardada bajo este formato de Escuelas de Tiempo Completo.



En la mayoría de los casos, la decisión para desestimar el apoyo se debió a que los maestros prefirieron abortarlo para así recortar su jornada laboral y tener un mayor sueldo, informó Carlos Murillo, enlace estatal del programa en Ciudad Juárez.



“No hubo consenso entre padres de familia y maestros, no se pusieron de acuerdo y en su plan escolar acordaron que este año no participarían”, dijo.



Agregó que todavía están buscando que se incorporen más escuelas, “la meta es llegar a 119. Se requiere de que los padres de familia se involucren”.



En el último reporte emitido en julio por el Sector Salud estatal, siete de cada diez niños en la ciudad padecen sobrepeso y obesidad, generados por malos hábitos alimenticios y falta de ejercicio, principalmente.



“No se puede caer nuevamente en los errores de la alimentación ‘chatarra’. Nuestro país está catalogado con un alto problema de obesidad infantil. La alimentación es parte fundamental de la educación de un niño porque le genera actividades motoras y de inteligencia”, dijo al respecto Alberto Varela Bañuelos, director del Hospital Infantil de Especialidades en esta frontera.



“Cada vez vemos más niños con problemas de hiperactividad y problemas de atención. Mucho se ha relacionado con problemas dietéticos, esperemos que no se llegue a ese extremo de llegar a ese tipo de alimentos que son malos para cualquier niño”, refirió el especialista.



Norma Díaz Rojero, directora de la primaria Valerio Trujano, ubicada al poniente de la ciudad, explicó que “desafortunadamente los esquemas que maneja el sistema no favorecían a las escuelas, yo pensé que todos los maestros coincidíamos por el bien de los niños pero ya vimos que no”.



Tan sólo en ese plantel, nueve de los 12 profesores votaron a favor de que se les aumentaran hasta 900 pesos en sus prestaciones a cambio de recortar la jornada laboral, aunque ello propiciara la desaparición de los comedores escolares.



Con las nuevas disposiciones del Gobierno federal que se desprenden de la reforma educativa, el programa de Escuelas de Tiempo Completo recortó además para este año escolar la impartición de los programas de inglés, deportivos y actividades lúdicas.



Hasta el ciclo de clases pasado, 83 planteles de Ciudad Juárez contaban con el apoyo de alimentos. Ahora el programa sólo impacta en 56 centros educativos, es decir, se registró una disminución de un ciclo a otro de casi la tercera parte de las escuelas beneficiadas. Otras tantas se benefician del programa federal pero sin los alimentos.



Sorprendentemente la Federación concretó un esquema de aumento de prestaciones para los maestros, quienes podían decidir si salir a las 3 de la tarde con su mismo sueldo, pero con el comedor. O también elegir entre trabajar hasta las 2:30 de la tarde durante toda la semana y ganar más.



Dentro de la primaria Valerio Trujano, plantel que desde 2011 operaba bajo este esquema, todo el mobiliario ya fue empaquetado por los directivos y están a la espera de que la autoridad educativa les recoja el equipo.



Ahí, alrededor de 300 estudiantes tomaban a diario sus alimentos en porciones recomendables para cada edad y acompañados de cereales, frutas y verduras.



“Empezamos con ollas prestadas, no teníamos estufa, ni gas, ni nada. Tampoco teníamos platos ni nada para servir, les dábamos en platos desechables y llevábamos (la comida) a los salones para darles los alimentos”, dijo la directora.



Ahora, los platos, vasos y cubiertos están guardados y etiquetados en canastas. La batidora y licuadora dentro de bolsas negras, listas para ser entregadas. Mientras que el refrigerador industrial aún guarda algunos alimentos que ya no se darán al alumnado.



Otros planteles que no participarán en el programa son la Vicente Guerrero, en Fovissste Chamizal; Revolución, en Infonavit Casas Grandes; Ramón López Velarde y la primaria Emiliano Zapata, estas dos últimas pertenecientes a la zona escolar 45, donde ninguna de ellas tomó el apoyo.



Uno de los principales beneficios que las comunidades escolares comenzaron a notar fue el mejoramiento de la salud en los niños. Al concentrarse este programa en las escuelas ubicadas en los polígonos de pobreza, era común ver el rostro de los infantes con pequeñas manchas blancas en sus cachetes.



Padres de familia aseguraron que con la alimentación diaria esa pigmentación facial fue desapareciendo e inclusive notaron un mejoramiento en su desempeño escolar.



Los niños que comienzan con problemas de obesidad entre los seis meses y siete años de vida tendrán el 40 por ciento de posibilidades de seguir siendo obesos en su edad adulta. Mientras que los que iniciaron entre los 10 y 13 años esta cifra se eleva hasta el 70 por ciento, de acuerdo con información publicada por la Jurisdicción Sanitaria II.



Las consecuencias de la obesidad infantil pueden afectar severamente el bienestar del alumno. A nivel psicológico: baja autoestima, problemas escolares y rechazo social, comunicó la dependencia de salud.



El Coordinador de Escuelas de Tiempo Completo en Ciudad Juárez, Carlos Murillo, reiteró que para este ciclo de clases el apoyo a las escuelas beneficiadas con los comedores escolares se mantendrá de manera gratuita para la comunidad escolar.



En contraparte, existen otros planteles de Ciudad Juárez que continúan bajo el resguardo del programa y brindan atención a cientos de niños fronterizos.



“Cuando comen y regresan al salón son más participativos. Algunos no desayunan en las mañanas hasta cuando vienen aquí (a la escuela). Siempre están inquietos esperando al hora del comedor”, dijo Janssen Prieto Loya, maestra del jardín de niños Sewa Sewarame (flor que florece), que se ubica en la colonia Tarahumara, en las faldas del cerro Bola.



La docente comenta que seguido, mientras imparte su clase, los niños le preguntan a qué hora saldrán a comer. Aunque también aceptó tener casos de infantes que por falta de alimento en sus hogares presentan cuadros graves de salud.



“Tengo ahorita una niña que no me está asistiendo, ella trae problemas de peso, para la edad que tiene tres kilos debajo de peso”, dijo mientras daba de comer a sus alumnos el platillo que para ese día se conformó de una porción de arroz, tostadas, ceviche de soya, pepino, jícama y tomate.



Tanto autoridades educativas como de salud, recomendaron a los tutores cuidar la alimentación de sus hijos y realizar actividades físicas. Ya que la presencia de vendedores ambulantes de alimentos “chatarra” en las escuelas es un fenómeno que no ha podido ser erradicado.



Con cierta nostalgia, Norma Díaz, directora de la primaria Valerio Trujano, recuerda el sacrificio que realizaron junto a los padres de familia para levantar el comedor.



“Al principio los niños no tenían la costumbre de comer verduras y alimentos nutritivos para ellos”, dijo mientras recuerda las peticiones de sus alumnos que le preguntan cuándo abrirán de nueva cuenta el comedor.



Para el próximo ciclo escolar el Gobierno federal ha descartado seguir con el subsidio de los comedores dentro de las escuelas. Por lo que ahora se avizora un panorama en el que la intervención del sector privado pudiera mantener dicho programa alimentario.



Tan sólo este año el recurso en Chihuahua del Programa de Escuela de Tiempo Completo fue de 156 millones de pesos. De esos, el 40 por ciento se destinará a Ciudad Juárez.



Luego de recorrer por última vez el comedor, plagado de imágenes alusivas al plato del buen comer y de la pirámide nutricional, la directiva cierra la puerta que desde hace dos meses permanecía cerrada. Sólo a la espera de que la comunidad escolar se decida a retomar el proyecto por sí sola.



Mientras tanto, la pequeña Kate se retira de la escuela del brazo de su madre, y en la otra mano las dos bolsas de papitas que se comerá para calmar su hambre. (Francisco Javier Chávez/El Diario)


Carlos Murillo, fue el entrevistado para esta nota, es el lider del prgrama estatal de tiempo completo en escualas primarias. las preguntas que se pidieron realizar fueron las siguientes: 


¿Por que el prgrama no se esta llevando a cabo en las escuelas primarias? 
¿Como afecta a los estudientes y padres de familia? 
¿A los niños de que forma les afecta el no comer durante sus clases?
¿Si esto les afecta directamente en su desarrollo estudiantil? 
¿La comida chatarra, es adecuada para el desarrollo de los infantes? 
¿En que forma les afecta la comida chatarra? 
¿De quien fue la idea de quitar los planes de alimentacion en las escuelas? 





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